Nos veiamos, nos encontrabamos, nos perdíamos, nos hablabamos, nos deciamos, nos,nos
nos encontrabamos...
De momentos plenos, entre vino, sonrisas, espasmos de discusión, entre mirada cómplice y debate a pecho descubierto.
Madrid auna espíritus, de vida callejera a golpe de entre tanto bordillo entre tanta chachara.
Volvimos a la via lactea, a malasaña, casa granada, bodegas melibea, casa Victor y tanto y tanto.
Unos minutos con Picasso y mi retiro matinal,no faltan esas horas en cada viaje, solo unas horas, necesario es de mí, compañia.
El viajero dominical nos recuperó a modo de recompensa, por espíritu colectivo.
La latina siempre nos envuelve y devuelve,agitándo el contenido que contenemos.
Nos agita dandónos vida, nos ilumina, y de tanto movimiento volvemos a casa.
Yacemos entre domingo y lunes y alli ante la caída despues del movimiento, la almohada nos recoge y con ella, el abrazo....
